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15 de marzo de 2011

Algo que dijo Ilse: Zaratustra se equivoca (y lo tristísimo que fue la abolición de lo Épico para mí).

"En este mundo tan sin sentido, ¿qué hago para sanar mi abrumación? ¿invento un mito cosmogónico? ¿invento a un ser supremo que inventó al mundo?"

...y ya no hay más caballeros en las órdenes. No más hombre virtuoso reconocido como símbolo. Pero ni se le dijo adiós. Por ahí va haber uno que otro foco intermitente que insista que lo clásico va a ser mejor (pero luego al revés y así cien veces).
... y ya no más épica, el Nuevo héroe y sus romanceros van a recatar este mundanal destierro con, a lo que digo yo, un algo de pesimismo. O dime tú cómo llamarías a un violento choque con la realidad miserable  y materialista (y no, no es lunes por la mañana) que lleva a dar muerte a muchos jóvenes merced del suicidio.


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Doña Jovita dejo de creer en los hombres. Dice ella que dejó de asombrarle la estupidez. Ahora se enamora de otras cosas, de su tejido por ejemplo o de la parsimonia de los crepúsculos.

-Hay cosas más fieles- me dijo- Por ejemplo el instinto, la memoria, un tigre siveriano recién domado y hasta incluso una mísma.

9 de marzo de 2011

Granito

ayy! que esas adicciones acabarán matandome.

me apareció un grano justo en la punta de la lengua. Yo sé por qué apareció, sólo yo sé (por mí apareció), porque todo lo de mí también soy yo; sentí comezón en el pecho,  por dentro, al lado izquierdo del corazón y al derecho del alma (si es que el alma está en el pecho); mi piel se volteó al revés, una vez más: una tras otra; las palmas en los nudillos y bueno... e-te-se, esas cosas que pasan cuando explota el ansia.

y no es la primera vez, te lo juro. Si casi siempre hay vuelcos sobre mí.

Te lo cuento, pero sólo a ti porque tú si me harás caso, que llevo casi veintiún años muriéndome así. Ese escandalo ya no es novedad acá en el cuerpo donde las cosas no se están mal.

Ah! sí... me apareció un granito en la lengua y te iba a platicar por qué... pero es que ayy que estas adicciones...
ACABARÁS MATANDOME.
No sé por qué desapareció, ni idea (por mí desapareció). No me conozco bien, hay cosas que hago sin consultarme a mí. SUENE COMO SUENE.

Mis nudillos en tu espalda. La comezón en tu pecho. Tu piel en mi piel.
Y no es la segunda vez. Te mentí. Si casi siempre hay huecos bajo ti.

Te recuento, pero sólo a ti, que vienen años y se van y me mantengo así.
Es escandalo, es novedad. Y más aquí en el cuerpo en donde no se esta bien.

Ah! sí... aquél granito. Pero tú ya sabes que: tú eres mi adicción.


-Omar RT 11-
...si vos sos mi utopía.

6 de marzo de 2011

-Aves-



Y dices:

"Si de tus dos errores, Omar, uno es grave, es el mirarme tanto y creerte ave. No lo eres. Eres implume. Tu andar es a rastras por los suelos lodosos, que son tu otro agravio. Además, tus piernas son cortas y no vas a mi par. Yo jamás te querré"

Error tuyo. Soy Golondrina en vela y por la bruma de tus noches vuelo sin aguja, ruta ni candela.
Naufrago por las costas y mares de tu desprecio y siempre regreso al mismo punto de partida de donde no me tomaste.

El otro tramo de mi errar es consuelo. Me encanta ver como te enciendes en las Llamaradas del olvido cuando posas tu cielo. Pero me entristece saber que son sólo alusiones,
  que en veradad son ascuas,
  que tu velo no cesa y que en mí ya no hay más fuego.

Si de mis dos errores, Nly, uno es grave.
Es estar con quien me quiere y creer quererte, ave.


-Omar RT 09-

Hermoso lustro fue aquél en que moría por ella. Más hermoso ahora ver que ya no es nada.
Foto: Wilfredo Carrizales (léase también su texto: De cuervos y afines contextos)

3 de marzo de 2011

00.46 (Cada noche)

No le pregunte que a dónde iba,
ni me despedí de ella,
ni le dije que yo acá la esperaría.

quizá no sea mía la espera. Va despertar cien veces sonriendo, pensando en mí

Tomó su bolsa y se maquilló [sus labios rojos cómo crepúsculos sangrientos].
Su pelo negro intenso, negro como la suerte echada de mi noche. Tan oscuro como la maldición de sus palabras.
Qué figura tan más colmada de gracia ví. Los poetas escribirían un poemario acerca de su espalda esbelta o se rascarían los ojos para ver lo cierto de las mentiras. Yo me dediqué a encender un cigarro y a imitar su maldición a lo abismal. A las luces artificiosas y falsas de unos ojos lejanos.

Ni le pregunte a donde iba. Y para qué si ya sabía.

Habla cuando fuma. Imagino que su voz son espectros de secretos jamás revelados o sombras vivientes que deambulan por el umbral de las calles. Y una luna, celosa de ella, le esculpió una hermana para que se estirara hasta mí. Yo rocé con mis dedos la parte central de su pecho pintado en el suelo, me pareció real. Tan frío, tan duro.

Y quise gritar mis suspiros, pero fallecieron en mi garganta. Qué triste mi susurro que omitía por vergüenza.
Luego, de pronto, ya le iba a decir que a donde iba.
pero ya se estaba yendo
pues una candela, más luminosa que yo
solapo mi instante.

Se fue. Ni le dije que yo acá la esperaría, en la otra esquina.
Se fue. Se fue veloz con un instante más automotriz
y por una ventana, que va a ser empañada, me susurro
esperame

-Omar RT 11-