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28 de noviembre de 2011

Agua de té

Tú eres como para hervir, pero no hierves.
Tienes el color de la canela, eres buena como la hierba, amarga como la ruda.

Bebo de ti, es otra nueva infusión -soy herbolario-. Brota de tu boca el calor y sorbemos juntos, somos agua rojiza, somos la flor de Camellia; somos agua de té y nos calentamos.

26 de noviembre de 2011

El simulacro fantástico

Dark water thanu
Hay mujeres que producen sensaciones extrañas. Hay fotógrafos que se encuentran en el momento justo. Hay formas de alterar la realidad aparente.

...Y ves muchas cosas, obvio, simplemente cotidianas. Tienes el deseo de querer ver cosas que ni siquiera has imaginado (pero no sabes que ocurre eso en ti), quizá es por eso que cuando descubres algo te encanta (suponiendo que te fascinara) o, no obstante, te aburre la cotidianeidad.


Supongo que la fantasía ayuda a solapar la realidad; hay gente que vive en una fantasía -les hace falta la
realidad-. Bueno, lo que te quiero decir es que, para muchos fotógrafos: lo importante es falsear ese instante.

21 de noviembre de 2011

NEREIDA


Le cae un árbol, no: deja de respirar. No: me congratula, se ha dado cuenta de que tengo razón. 
Omar siempre me está contradiciendo.

-Omar Tiscareño-

16 de noviembre de 2011

Visionario


Estoy tratando de cegar tu mirada meditabunda, estoy tratando de cegarla con la mía. Desde antier que intento ignorar lo que tan pecaminoso me hace ser tu visión: se rompe una mirada y nace un siño, un tanto de palabras y empuja a mi pecho mi corazón, me lleva hasta ti, a tus labios, tu entrepierna; somos como espejos que se redoblan.


Me llevas a rastras -desde antier- por tu rodaje. Vamos filmando lo que vivimos y con tu boca proyectas recuerdos. Se entrometen vagos y nos pierden la escena - ya he volcado todo lo que estorbaba y no te encuentro, desde antier que no te encuentro como quisiera encontrarte--

...Y sorbes de mi estamina y excitas mi desesperación. Tus ojos son el hilo con que me arrastras a un fuego que se propaga desde hace días, son materia prima del calor de mi torso, es el fundamento básico de la tentación.

Después propones ir hacia arriba y comenzar un juego que has amagado desde hace días. Esto es precisamente lo que buscaba, porque yo ya había empezado a jugar.

Omar Tiscareño

10 de noviembre de 2011

Cuentos de cien palabras cada uno


Idilio prohibido

A veces no puedo sopesar el recuerdo con el presente y perturbo el futuro para compasar los recuerdos amargos -tu párvula flor deshojada-.

…porque fingías perforar al cielo y yo de eso no sé nada, no sé mirar las figuras tan distantes, he perdido mi catalejo. Por ello, por tu visión –tus ojos del color de un diablo cobrizo- tan jubilosa que enreda y convoca la añoranza de mi mocedad.
Y es eso: tu manera de mirarme –que ignora longitud aún en el tiempo-, mi adolescencia fingida y que no puedo soportar el quebranto de una niña –de mi niña-.

Sombra de noche

Venía con los pies raudos dislocando las calles, quebrando rutas; venía entristeciendo a la noche que nostálgica me balbuceaba palabras que no quería escuchar. Aquél poso de penumbras, mirándome tan solo, me arrojó una sombra de cuatro patas, de hocico flaco, cola larga y dientes amarillos… De pronto pensé que aquella negrura me tragaría, que roería mi cuerpo o me masticaría, pero no, sólo me acompañó. Rodeaba mi cuerpo, zigzagueaba delante mío como un conjuró de protección, buscaba comida. Lo burlé: en una calle que bifurcaba descuidó sus ojos y lo perdí. Más adelante miré el cadáver de otro perro.

Omar Tiscareño

7 de noviembre de 2011

Tu ventana y mi patio

A veces se me olvida que este espacio también lo construí con la intención de platicarte un poco de mí, y bien, hoy no te mentiré con cuentos ni te aburriré con mis alusiones absurdas. Quiero platicarte de algunas cosas que me entusiasman

Por ejemplo: camino a la universidad está una fabrica de cal hidratada. No sé como demonios funciona ni el proceso de nada, pero tienen una válvula enorme de escape y surge una nube larga y densa de, al parecer, vapor -pero un vapor blanquísimo y casi sólido como nieve etérea-. Aquella nube huye de un tubo largo con una cornisa extraña, no se me ocurre como describírtelo, pero espero que entiendas si te digo que imagino un brazo largo y una mano medio abierta. Me emociona mucho. Quisiera tomar una foto y solarizarla o mejor: tomarla a blanco y negro e invertir los colores. La original mostraría una fantasía donde un gigante muere y otorga su alma al cielo; la otra, un maleficio que intenta perturbar al cielo y quebrar  al aire.

Lo siguiente no será muy distinto a lo anterior. Me entusiasma tu cielo:

Sí, está de cabeza. ¿Pero verdad que parece un planeta puro y lo demás un vacío oscuro y negro como un abismo?. No, no es cierto, no parece nada, la verdad te vuelvo a quedar mal con mis absurdas alusiones. Puedes guardar la foto, enderezarla y darte cuenta de que, en efecto, el cielo es hermoso - ¡y lástima que no estés ahí, yo por eso la giré-.








 Qué te parece esta otra-------------------------------------------->

No te parece que el cielo que el cielo se resiste a dejarnos cruzar esa línea delgada que llamas horizonte. Nótalo, son paredes de nubes cobrisas -espuma de vainilla-
Nunca la cámara me dirá lo que veo.









Dime la verdad, ¿a poco no parece pintado por la mano de alguno de esos pintores que te gustan? yo quisiera que fuera de Monet pero no encaja.


Es un cielo corrompido de los maleficios de un gigante, es el cielo de su alma -el soplo que Adán procuró-


 Es el cielo tuyo y mío, nos perdemos en él.

3 de noviembre de 2011

Eván y su leve introducción a lo mundano


I

Adán descubrió que las mujeres serían tan              que no se podría confiar en ellas;
                                                                                  astutas
no hubo [padre] indulgente, dejó de creer en el espíritu santo (aunque apenas inventado).

Miró cómo se alejaba su fe, su esencia, la paz...
miró cómo se alejaba su_ave a través de un soplo a lo miserable.

II

Allá iba la paz. Se alejaba de él. El paraíso arrebatado por la culpa de                                         alguien.
Él se volvió sumamente pesado, perdió a_las
                                                                       cosas más significantes de la existencia.

Ahora camina [deste]errado y lo acompaña una piedra que le surgió de sus entrañas.

III

(a veces no se toleran e imaginan su muerte)

Ella se encuentra sola en un río sucio, lo mira y [n]adan... se ahoga. Se enjuagan la sonrisa -no saben quién sufre más: quien muere o quien se queda solo [quién]-. Lo cierto es que nadie muere y ellos dos se detestan porque son tan indispensables el uno para el otro.

IV

...Además es tan bella. La mira y siente que  el_eva su alma. Perdió un paraíso para gozar de otro. Se acerca, con la actitud de felino, e intenta besarle el cuello. Ella ve como
fluye el agua, como
cambia el cielo, como
pasa-tiempo; luego ve en sus ojos azules las intenciones que tiene, lo ve como
al cielo o al agua. Se entrega a él y finge placer: ella bien sabe de engaños, lo ha aprendido del mejor.

V

Adán llora cada vez que reza, pide con súplicas la redención. Eva, a su espalda, le llama marica.

VI
 ([co]lección de pecados)
En cambio, la tristeza de Eva sí es un suplicio. La culpa no la deja dormir. A veces quisiera morir repentinamente, así Dios tendría que remplazar ese hueco; podrían empezar de una manera distinta, sin la oportunidad de equivocarse -ignora la eterna moraleja-, nunca dejará de sentirse burlada por el animal más vil -ese trasfondo llega a otro fondo y lo perfora-. Despierta con los ojos inchados, con la idea más pesimista de un nuevo mundo. Adán despierta, la mira desgraciada y frágil a la realidad; le llama patética.

VII
[...]

Omar Tiscareño