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28 de junio de 2012

606-45


A veces no lo tolero, mi piel es destruida por Phosphorus (ArMOR 2-NO), siento que me pudro lentamente, pero no me duele. Mi cuerpo se entristece, mas yo no. Pienso, también, que hay armamentos más sofisticados para concebir una tortuosa venganza.

-yo he descubierto las balas de Cinismo Policarbonado, he tenido yagas de Tibieza 606-45 en la medianía de mi cuerpo, he bebido Inquina 24H y nadie me ofreció pan después de tal batido energético-

Ayer asesinaron a Okeda de una fulminación, le inflamaron el cráneo con descargas SINE (conjunto de miles de amperes en la caja torácica, cráneo y muslos), jamás reveló el insospechado secreto. Harán lo mismo conmigo -lo espero ansiosamente-, moriré con todo mi amor por Hiroshima

14 de junio de 2012

Tercera visión

¿Las golondrinas saben hacia adónde vuelan? yo creo que no, porque las veo revoloteando en círculos. Vuelan porque pueden. ¿Buscan algo? quién sabe, pero encuentran. Qué cantan, a quién, quizás a nadie, pero son escuchadas.

Ayer te vi, Louchette, mirando no sé qué cosa, a mí no, auque parecía. Me enredé en la trenza de tu visión. Sentado te observé anidando lo que ya tienes.

-Omar Tiscareño-

Francisco demoniaco

A Francisco se le metió un diablo muerto y le llenó los vacíos de su carne. Ya no se lo puede quitar.

Nunca había sentido tanta envidia.

Ahora se la pasa todo el día hablándome de cosas demoniales sin quemarse la boca. No se echa agua bendita porque se quema el agua. Si te fijas en su sombra se le ven los cuernos, pero no le veas mucho porque su sombra se molesta y te jala los pies, te pone a bailar como lo hacen en el infierno.

Todas las niñas quieren andar con él, se les moja el sexo cuando lo ven, ponen las nalgas en el suelo donde pisa para que se les caliente, dice que el miembro le creció un montón, ¡quiero ser como él!

Hace todos sus pecados hasta antes de dormir. Inventa sus pesadillas como le plazcan, ya sea gente que muere o gente que sufre pero no muere y se ríe toscamente cuando despierta.

Nunca había sentido tanta envidia, nunca.

-Omar Tiscareño-

11 de junio de 2012

Lampyridae



Atrapó a una muy bonita, pero no le gustó y la dejó ir, creo que ninguna le gustaba, a todas las liberaba. Le dije que las hembras no vuelan y se molestó. A mí realmente me gusta cualquier insecto, pero uno que, además de volar, tenga la facultad de emitir luz, es inaudito, a todo el mundo le ha de gustar las luciérnagas, por eso creí que ella se fascinaría al ver éste estanque.

--¿No te parece magnifico su rito de apareamiento?
--Nomas por las luces, pero no sé bien cómo es.
--Sí, son como explociones eléctricas, estallidos de violencia mesurada. Haz de cuenta que su cortejo es como un diálogo entre hembras y machos: los machos vuelan muy curioso, como si se emborracharan de tanta luz y pilotean en círculos medio oblicuos, medio ovalados parpadeando peculiarmente, ahora sí que para "lucirse" nada más. Las hembras los ven y con quien se sienta sexualmente atraidos empiezan a parpadear una luz muy característica que indica que acepta.
--Interesante- dijo, pero estoy seguro que no le importó nada.

No sé qué le gusta. Creo que nada le intereza. La miro de soslayo y bosteza repetidamente. Lo malo es que a mí me encanta tanto. Tiene esa innoble intención de sucitar una mirada, al verla te haces ajeno a ti, la miras y sólo importa su proyección porque estas tú en sus hermosos ojos cobrizos, es un juego de espejos que se redoblan infinitamente. Siento que está llena de tanta belleza que mi corazón no lo va a resistir, que floreceré como el botón de alguna flor luminosa.

Me acerco despacio a su cuello como una larva que no quiere ser detectada. Ella no se queja y suspira un poco, esa corriente de aire ha de ser como el pequeño empuje del viento que la mariposa realiza con su débil aleteo.....
.......

Tengo que hacer muucha tarea, espero recordar que tenía pendiente un cuento.  Apuntes sólo para mí, favor de no leer: Recuerda: 1) descpciones relacionando a los bichos 2) narración que incinúe lucidez, brillo.  3)Recuerda la intención: ella está apagada, desganada de todo mas hermosa, él es luz que no cautiva

5 de junio de 2012

Juego de sombras

A veces pienso que germinará su sombra del fuego y me arrastrará a su venero, que yo, placido y sosegado, como el cordel de sus cabellos, me perderé cuando me nombre, y que ya perdidos los dos, le diré que la quiero, pero creo que exagero y que debería de ser más valiente, pero nunca puedo:

El sol, tan vertical como es, incendia la copa de los árboles; yo estoy debajo de uno de éstos, esperandote.  Luego me nombras con esa voz que reconozco por su frescura, siempre estás sin la necesidad de sentir calor. Me das agua de cántaro que brilla por los rayos del sol: "es agua de luz", pensé.

Laura, que ya te había encaminado hasta acá, se fue por otro sendero, cosa que me parece bastante bien, ya hace tiempo que no caminamos sólos. Hablamos, después de tanto silencio, de lo que es misterioso, de si existirán las cosas cuando no las vemos, de cómo será Saturno y, curiosamente, caminamos por lugares insólitos, más adentrados al cerro, alejados del río, sin novedad humana. "Si no estubieras tú, pienso que sería como aquí", murmuro sin que te des cuenta. Jugamos a patear piedras, a perderlas y luego a encontrarlas, luego miro a tu sombra: se estira y se estira, le da vueltas a mi cuerpo, me enreda, encuentra a mi sombra y se van a jugar también. Me entusiasma verlas tan felices como nosotros. Prefiero no decírtelo porque ellas acaban de empezar y nosotros tenemos que irnos pues el sol se oculta.

Después, cuando ya no existes porque tu casa de devora, mi sombra se alarga, es más larga que yo porque el sol se termina, es como si quisiera ser un hilo que se alarga hasta alcanzarte. De noche, cuando estoy dormido, después de haber pensado en lo ocurrió de este día, imagino que mi sombra se escapa, que va a jugar con la tuya. Se va hasta tu cama, quizá, y les roba un beso a ti y a tu par. Tu sombra, confidente de ti, le revela secretos a la mía, le dice las cosas que haces, las cosas dices -una que otra majadería-, le dice las cosas que no me cuentas: por ejemplo que te agrado por mis ideas o por mi imaginación. Por último mi sombra, ya enterada de tus misterios, regresa y me dice al oído las cosas que de ti no entiendo y no sé si me doy cuenta. Despierto confuso porque de ti creo saber más de lo que es nada.

Llego allí pensando que estarás, que gritarás mi nombre, que beberemos luz, que jugarán las sombras y que está vez seré más valiente. Pero no, no lo será.

-Omar Tiscareño-