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24 de enero de 2013

Llorar a carcajadas

¿A ti te gusta sufrir? ¡Por dios, qué pregunta! ¿A quién le gusta sufrir?

Perdona, perdona, es sólo que los rusos me desconciertan...

Leo las vicisitudes de su literatura y luego me pongo a reflexionar: ¿pues desde hace cuánto están sufriendo?

Bueno, déjame ser más claro, ¿haz leído a Anna Ajmátova? Su poesía es hiriente, ahh cómo sufrió por su hombre y por su hijo, luego se iba a los hospitales a leerles sus poemas a los heridos en guerra (1900-1940, apróx.) y estos se deleitaban escuchándola, pero imagina que te leyeran algo como esto mientras debates la muerte:

EL ULTIMO BRINDIS
Bebo por la casa saqueada
Por mi vida perdida
Por ti y por la soledad
Entre los dos.
Bebo por la pérfida de los labios
Por el frío espectral de los ojos
Por este mundo cruento y burdo
Y porque ningún dios nos podrá ya salvar.

Por qué les fascinaba tanto? Es decir, sí, su poesía es hermosa, pero por qué si es tan triste, por qué los heridos de guerra disfrutaban de ella, por qué no dejo de leerla si me hace mal pues me entristece, supongo que la poesía se mueve en un plano de la estética que muy pocos conocen: es bello porque me gusta y me gusta porque me gusta y tan-tan.

En fin, no te sorprenda que la gente adore la soledad, que alguien luzca siempre triste, que incluso a ti se te salga un poquito la melancolía y te sientas bien, es más, alégrate un poco con esto:

Y aquel corazón regocijado y triste,
ya no responderá a mi voz.
Todo ha terminado... Y mi canto se desliza
En la noche vacía en donde tú ya no estás [en donde no se está].




22 de enero de 2013

El voto de silencio

¿Tú no tienes amigos serios? De esos que sólo contestan lo necesario "sí", "no", "puede ser"...

Yo tengo TRES amigos así, uno se llama Pedro, es un genio para las traducciones latinas. Su nombre viene de "petrus, petri", significa "piedra". ¿No te resulta extraño? A veces he creído que es como una piedra: es tan callado y a veces queda inamovible mirándote.

También tengo una amiga que se llama Nieves, me agrada mucho, es tan silenciosa como la muerte. Además es sumamente fría, cuándo me mira siento que manda mi alma directo al infierno, a ese infierno helado donde no hay calor porque el calor es vida.

Ernesto es sólo Ernesto, su nombre no justifica su seriedad. Estudia historia, conoce los secretos más remotos que hay en la vida, ha leído a los clásicos y cosas todavía más viejas. Yo sé que en algún libro descabalado él leyó el secreto de por qué nació la seriedad, él sabe por qué las piedras sucumbieron ante el ruido, él sabe por qué la nieve entume el cuerpo, ¡¡¡él sabe por qué se inventó el silencio, carajo!!!

pero solamente cuando se sepa solo, revelará el secreto

ort

19 de enero de 2013

Solar

Estamos en un solar, planeamos edificar nuestra nueva descomposición.

Próximamente los libros tendrán nuestra historia, luego la olvidarán.



De otros y otro


I

Míranos, mi bien,
tan lejos y tan burlados;
el nidal se incendia,
la crisálida muere,
las puertas son pozos

y te amo,
¿qué hacer?

Nos miro en la lejanía:
somos sus espejismos,
su efigie redoblada.

Míranos, mi bien,
están volando mientras nosotros
nos arraigamos
a los dolores viejos.

II

Mírame, mi bien,
tan sólo mírame un poco.

ort

18 de enero de 2013

No tengo idea de lo que dices, pero me encanta

Morena me habla de cosas que yo no logro comprender, cosas médicas, químicas, biológicas, palabras que apenas recuerdo. La verdad es que me encontenta oírla.

¿Has escuchado frases que no comprendes? Es curioso, ¿no?, porque luego imaginas cosas cuyo significado llega a ser tan distinto de lo que es en realidad. Yo por ejemplo acabo de leer algo curioso:
Un romboedro está compuesto de paralelepípedos 
¿qué te imaginas tú?  de seguro un algo así como rombo construido por lineas paralelas. Bueno, esa estuvo fácil, qué piensas de esta:
Policarbonato celular de alta retinisencia
 La verdad no tengo ni idea de qué demonios es eso, pero me gusta mucho. Bueno, eso es todo, ya terminaste de leer.

14 de enero de 2013

El castigo onírico I

Me gustaría verte leer en un atardecer, cerca del mar, quizá. Yo estaría preparando el café, escribiría muchas cosas de ti. Tal vez estarías releyendo las escenas de Efraín y María, o algo de Bombal, entonces llorarías con ternura y yo también lo haría, aunque de satisfacción, porque tú serías mi mujer y siempre te procuraría, siempre buscaría nuestra estrella y la amarraría a tu lecho, tú me mirarías a los ojos con esa mirada buenamente desenfadada y sería tan hermoso poder decir que esto no es un sueño, que es la realidad, que ya no voy a despertar jamás.

Omar Tiscareño


De una extensísima serie de Microsuplicios


6 de enero de 2013

mi vida al pie de la página

Yo, la verdad, sí leo como si se me estuviera terminando la vida
y escribo como si así pudiera prolongarla más.