🚗 _ 🚓🚓

13 de mayo de 2016

Un espiral de olas que se alejan

Leo un poema: "Vuelo tendido como un grito..." que se da en la noche, completo el verso: que se da en una noche como esta, aquí y ahorita. Cierro el libro, pero dejo un dedo en la página.

Yo lo daría: pegaría un grito largo-largo para que se tendiera por toda la noche, y me iría con él. Sería más bien un alarido, un aullido, un chillido; no-no: sería un horrísono -¿te gusta esa palabra? a mí también-; alertaría a los pájaros, estremecería el alambrado, y las hojitas secas de los árboles grandes se caerían -para que pudieras recogerlas, claro, y las guardaras entre tus libros; para que forraras los cuadernos de notas que te haces a mano; para que las pisaras cuando vas con prisa adonde sea que ahora vayas.

Quiero dar un grito que quiebre el sueño de los vecinos y los haga salir, que los haga buscar a un loco, a una mujer violada, a un joven con un cuchillo enterrado en el ombligo (es necesario que sea justo en el ombligo), a una madre con el cuerpo de un hijo frío; que los haga buscar a algo que no sea, ni se parezca, ni se remita a mí -aunque tú bien sabrías que soy yo, y te daría risa o te daría pena, y te pondrías roja-roja como si hubieras sido tú a la que sorprendieran y te enfadarías conmigo por haber hecho algo tan estúpido sólo para llamar la atención, tú atención; no me lo dirías, pero me creerías estúpido, y harías... harías... ay, ¡no sé qué harías!

Si me animara, daría un grito tan fuerte y tan desgastador que me desmayaría y me haría caer de cara al suelo; me abriría la ceja con el golpe y me saldría un chorrito de sangre parda. Dormiría por horas, luego días y luego años. Despertaría solo para verme morir y lo haría en silencio -¿qué estarías haciendo tú durante tanto tiempo? ¿te darías cuenta de que pude envejecer sin ti?

Abro de nuevo el libro: "El viento quiebra/ un espiral de olas que se alejan".

ort

3 de mayo de 2016

Apunte de hace unos meses

Blog, hace tiempo que dejé de escribirte de esta manera. A veces quiero publicar cosas de interés para que algunos puedan caer y entretenerse en este espacio, a veces sólo escribo para mí y dejo cosas ocultas en los borradores. Tampoco olvido que pretendo que este espacio deje un poquito de constancia de lo que he sido en mi vida.

Sé que suena ridículo escribir a manera de diario, pero quiero hacerlo. He tenido algunas situaciones en donde se involucran personas de mi alrededor. No quiero decir que son problemas, es solo que tengo que saber cómo sobrellevar las cosas. Estás situaciones me han hecho dejar de pensar un poco en mí, mejor dicho, no he reflexionado sobre cromo van las cosas, no he podido interiorizar en mí para saber cómo va todo y pienso que escribir así me ayudaría un poco. 

Quiero comenzar con algo tan banal como mi trabajo, porque es lo más reciente y además no lo he platicado con nadie. Siento que estoy siendo útil para la sociedad. Se dice que mi jefe es muy mamón, en este poco tiempo he visto algo de su megalomanía y su despotismo. Sinceramente no me tiene con pendiente, he trabajado con aun más presión y con más estrés (en el merendero y en Muñoz)

Hoy, precisamente, recordé mi primer empleo, sigue siendo el peor de los que he tenido; mi patrón no solo me insultaba, sino que encontraba la manera de hacerme creer que lo merecía, qué mal que olvidé su rostro, si lo viera de nuevo, lo perdonaría en secreto. Así lo hice con René, mi patrón del merendero (entre paréntesis: poco antes de terminar la carrera, trabajé nuevamente de mesero en otro merendero (la popular), entonces llegó René y fue de los únicos clientes del día, tuvo tiempo de mirarme y reírse; recuerdo que sentí coraje conmigo mismo porque, después de haber dejado de trabajar para él en la prepa, dije que le echaría muchas ganas en la universidad para jamás volver a tener un empleo como ese, pero en ese momento, a poco de egresar, seguía siendo mesero y su mirada me hacía sentir un imbécil; cierro paréntesis), a René lo volví a ver un día que visité al barman de su merendero, me saludó con la mano, de lejos y lo perdoné.

Es un poco tarde, continuaré otro día.