Abanica tu hermetismo sobre mí, tu cuerpo es la figura más hermosa de una llanura oscura y solitaria.
Bailas con ardid y frescor, tus cinturas son el oleaje de un mar yacido de encantamiento.
Tu piel -luz de luna clara- dirige el vilo de mi afán de tenerte, de ser de tu agrado, y zarandeas mi ansia a trastabille.
Extiendes la anchura de tu espalda
y sigues bailando como ave en sigilo,
laceras al viento con tus uñas,
perpetuas la palabra Divina
y arrebatas más de un suspiro vehemente.
Esto obviamente nunca va a parar,
tu juego contra el viento es la ímpetu de todo.
Todo carece de ti después de verte,
el cielo es insulso y absurdo
hasta la luna es incoherente y trillada,
pero siempre lo ha sido.
tu juego contra el viento es la ímpetu de todo.
Todo carece de ti después de verte,
el cielo es insulso y absurdo
hasta la luna es incoherente y trillada,
pero siempre lo ha sido.
Pero después de ti
he intentado entender y no entiendo
por qué lo mejor del realismo, es su autónoma razón.
Sigo sin ser elocuente
Foto: Cristina Garcia Rodero
he intentado entender y no entiendo
por qué lo mejor del realismo, es su autónoma razón.
Sigo sin ser elocuente
Foto: Cristina Garcia Rodero