Cielo protector, dilúyeme.
Mar henchido de nubes, refléjame.
Miel derramada, no llores.
Luz de los ojos, no me falles.
Rostro sin par, encuéntrame.
Lenguaje proxémico, llámame.
Ruido escaso, sé mi fundamento.
Primera palabra, impresiona.
Desmesurada caricia, derríbame.
Flujo de las olas, ampújenme un poquito más.
Cuenca de tus ojos, bóveda celeste, abrigo de tus orbes, el color del amaretto en cristal:
no llores, niña, no llores.
...cocemos luz.