Eres una convincente mentira,
una reduplicación imperfecta de la realidad.
Yergo un brazo y tú el otro,
Aunque pareciera que es el mismo.
No estoy sujeto a creerte,
te miro y alzo la frente,
pienso en ti como una falacia,
un insulto de mi cuerpo.
—Un día saldré de este lado,
y te sabrás infame y confundido,
Entenderás, entonces, que has sido tú el reflejo.
(Ya nada es lo que creí.
Soy del otro lado del espejo).
Omar Tiscareño