Un poco más
Creí que, al vernos, me llamaría por mi nombre y yo por el suyo,
que practicaríamos ese saludo que había ensayado hace tanto,
que nos miraríamos a los ojos y no nos aguantaríamos las ganas de admitir que de nada sirve la serenidad ni la prudencia
Y que, con todo lo demás, pensé que podría platicarle que crecí uno punto tres centímetros, pero que cuando estoy dormida o me ilusiono mucho, crezco un poco, un poquito más
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