Un vistazo de luz, un rezo que suena a espiral y tus labios sangrados de mi fuerte inclinación voluntaria.
Apareció tu nombre ahí. Tu actitud allá, una mujer ajena jugaba con un niño y el libro fue cada vez más pesado.
Y un apaciguado recuerdo vomita todo lo que ahora soy.
-(Quiero volverte a ver)
-(Ya sería mejor no pensar en ti)
-(No me importa, te quiero ver)
-(Entonces cae de nuevo)
-No me Interesa. Te quiero volver a ver.
Y perderlo todo. Y ganar nada. Pero todo para mí: la lucha y la derrota.