19 o 20 de abril
No me siento cómodo con los cambios, ni siquiera con los positivos.
Cada vez me siento mejor conmigo mismo. Con los cambios en mis ojos, mis dientes, mi peso; pero sigo siendo la misma persona. Cada vez con menos preocupaciones y un progreso que fluye como si lo pidiera. Yo no pido tener nada, me conformo con la dorada medianía.
No me gusta que todo esté así de bien, siempre he sido un poco dramático y me he acostumbrado a serlo y a estar con personas que lo comprendan.
No me gusta conocer a nuevas personas ¿Qué implica esto? ¿Cuáles son sus intenciones?
No hay peligro, pero me asusto.
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Yo saldría con ella y cantaría y bailaría como ella si tuviera una mínima intención de ser otra persona. Hay veces que no me gusta esta realidad, pero no deseo modificarla.
Ella snifa y cree que su vida se ha resuelto un poco. Tenemos diferentes aspiraciones. No sé que ha hecho Julián, pero la ha desalineado gravemente; ella no desea ni su propio cuerpo y se percibe vengativa en cada momento.
Cuando yo hice daño, era consciente de lo que hacía y sabía que tendría afectaciones conmigo y hacia otros, pero los minimicé.
Cuando supe lo de Julián, pensé "Yo jamás haría algo como eso", "lo mío no fue tan grave". Porque yo no he golpeado a nadie, porque no me he desobligado de con nadie, pero todos tenemos una medida de ser lo suficientemente corrosivos. Esperaba que me perdonaran sin yo aceptar lo que había hecho.
No cambiamos nada si no aceptamos que hay daño; o que, aunque lo hay, se puede remediar con solo tiempo.
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Es un idioma que no quiero olvidar porque fue lindo configurarlo.
Sé y entiendo dentro de mí que estas cosas ocurren. Lo podría incluso explicar. Yo no tendría el descaro de comportarme como se me invita porque, aunque me duele, lo puedo comprender.
No nos gustan los cambios, siempre son un nuevo idioma con diferentes flexiones, con diferentes horarios, diferentes lugares, con diferente logística y diferentes ocurrencias.
¿Por qué habría alguien de aprender un idioma muerto?
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¿Por qué dejaría entrar a alguien a mi espacio?
¿Qué daría a cambio de sentirme un poco a como yo era antes?
Este tedio de imaginar el final por más optimista que me sienta en cualquier día de la semana. Yo no le deseo que sienta lo mismo. Deseo firmemente que, hagamos lo que hagamos, estemos mejor.
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mi mente aún cree que uso lentes y da señales de actos reflejo en situaciones innecesarias.
Después de bañarme o justo después de despertar, busco por un breve instante unos lentes que ya no uso. Lo mismo cuando corro, me cambio de ropa o al dormir. Se me ha visto acomodarme unos lentes invisibles porque realmente los siento como si los tuviera en mi rostro.
Había usado lentes por más de diez años. Lo llaman síndrome del miembro espectro, un nombre cómico para algo inorgánico como unos lentes. Se da principalmente en pacientes amputados de algunos de sus miembros a través de impulsos conocidos como sensaciones fantasma.
Desaparece con el tiempo.