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4 de diciembre de 2021

Sobre Los actos impuros II

3 de abril

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Orhan reaparece en los sueños de Sirim muy de vez en cuando. Su espada sangrante, su escudo flamígero. ¿Cómo puede ser que sobreviva a la batalla de Unkapani, contra los impíos y los francos? Yo luché contra ellos también. Son rivales muy duros, percibí mi derrota en varias ocasiones. 

Me imaginé muerto. Eso es lo que tiendo a hacer: imaginar el peor de los escenarios. Pero saben, creo que puedo confesárselos: la muerte no es lo peor que puedo imaginarme. 

Imaginé una espada corva que se resbalaba de un tajo sobre mi muñeca derecha; pero eso no fue lo que más me preocupó. 

Me imaginé empalado, al método de los antiguos bizantinos, de una costilla a otra bajo el alto sol que disecaba mi piel; pero eso no fue lo que más me entristeció.

Durante guerra, imaginaba la muerte de Orhan, alto caballero del Imperio Otomano, escudo del mundo, y percibía lo desagradecido que quedaba el imperio tras su derrota porque hay olvido si no hay victoria. Desamparada la memoria de Orhan, desamparada entonces Sirim. ¿Qué sería de ella y sus pobres huérfanos? 

Vivir con el hermano de Orhan, quien pretende inmundicias con ella; vivir con hambre y señalada; y recibir entonces el cadáver del hombre que más la ama y mientras tanto, esperar noticias o el otro cuerpo del hombre a quien ella ama; y al mismo tiempo, cumplir con los mandamientos divinos del Corán. 

Me entristecía imaginarla como una mujer ultrajada por el estado islámico pero principalmente vapuleada por las promesas de los hombres que juraron protegerla. 

Deseaba, con la única estela de pureza que hay en mi corazón, que si el altísimo no concedía mi regreso con vida, que por favor se lo otorgara a Orhan para que acompañara a Sirim. Una mujer que es así de amada, no puede ahogarse en la suciedad de este mundo, por más cuajada que esté la maldad por aquí.  

Dios mío, quiero ahogarme en este acto porque lo deseo con todo corazón. Sé que la culpa caerá sobre mí y sobre Sirim como un río de piedras. Lo sé porque antes he pretendido amar y lo he hecho con toda palabra. En algún momento conocí a alguien más. También me he equivocado al creer que había comprendido mis sentimientos. Y entonces es este el consejo, que si estás dispuesta a hacerlo, ya sea porque así lo quieres o porque así se está dando la situación, no temas y haz que se respeten tus decisiones. 

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