🚗 _ 🚓🚓

4 de diciembre de 2021

té con miel

 Yo no creo en cuestiones paranormales, pero sobre las energías no sé qué decir. 


Sé (o creo) que hay algo que pulula con líneas invisibles entre las personas. Alguien que ama tanto, no puede morir así de fácil, ni tanto amor desvanecerse. 


Soñé -qué curioso- que caminábamos por el campus, que nos sentábamos a escuchar los sonidos de la universidad, que recién se abría el bloom de las jacarandas. Qué curioso, me di cuenta que era un sueño y te dije que te extrañaba, pero que he estado mejor, en paz conmigo mismo al menos por este rato porque la verdad no he podido mantenerme estable. Tú me dijiste que estaríamos bien, que nos separamos porque queremos estar mejor de lo que estábamos. Yo sé bien que tú no dirías algo como esto y que lo dije yo.


No recuerdo lo demás. Era un sueño simple; con poco relieve, pero no me malentiendas: fue agradable y cómodo, como llegar a tiempo a una cita importante. 


Desperté con la sensación de haberte hablado hace poco, de haberte saludado como a un vecino; de ir, como dijo Erenxun, por un camino sin rencor. 


Es por eso que no supe que pensar cuando ahora, siete de octubre, después de este sueño sé de ti y hablamos de manera natural. Perdona que me precipité en preguntar por ti, siempre quiero saber cómo estás. 

Y yo no sé qué es de ti, solo he pensado a partir de mí, te he reclamado, te he exigido, he sido injusto con tu memoria. 

Quiero guardarte en mi mente de otra forma, de una manera más limpia y quieta, como un ojo de agua. El sonido de una campana de viento. El aroma del petricor, de la hierbabuena. Té con miel, fruta fresca. Tu voz, tu letra.