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4 de diciembre de 2021

Los actos impuros VI

 Dices que tienes la gracia de dios y que eso es mucho decir. Orhan, no es tiempo de decir cosas como esas. ¿Crees que hará una diferencia que poses a un lado de la magnificencia? ¿Esperas algún día ser el dueño de las gracias de dios? De verdad, Orhan, no sé dónde es allá donde estás y que llaman Los Tiempos Eternos, pero no tengo tiempo de escucharte, debo preparar la casa y encender el horno para Hiüsrev. 


¿Por qué sigues aquí, molestando? Te he dicho que me dejes en paz. Yo soy ahora nadie para decirte nada, aunque me harte de palabras que cargo conmigo misma y no termino de depurar. Que te arrepientes, que reconstruirías nuestra casa, que verías crecer a nuestros hijos (que ahora son solo míos) que cederías eso que llaman La Materia Divina para estar a mi lado y comer pan de dátil y beber el té. Ay, Orhan, me inflamas de un coraje, me exasperas hasta ahogar el grito en mi garganta.

Tú, tus apariciones, todo el Imperio Otomano, incluso el mismo Hiüsrev y su galantería fingida para verse bien ante mí, son todo lo que detesto. Pero bueno, tampoco lo tomen personal: ahora detesto a todo, principalmente lo que se recubre de apariencias, de conatos y de esas tentativas que se adornan con palabras como las que me repetías, Orhan, y que ya a nadie permito porque me hastían.  

Que tienes la gracia de dios. No me digas cosas como esas. No te humilles ni intentes, como Husrev, hacerme creer que la dicha es duradera y que vale la pena. Como si no supiéramos que pasa con las gracias de dios. 


¿Qué se escucha por allá? Es Hiüsrev, ha llegado. Lárgate. No vuelvas, no te quiero oír. Hiüsrev, has vuelto de tu visita con el maestro Osmán, tardaste mucho tiempo. No, no he hervido el cordero, pero el horno ya está en su punto, debes esperar. No hablaba, era una canción del pueblo, la recordaba para cantárnosla a nosotros, cuando lleguen los niños, será lindo y ya lo verás; pero siéntante, toma sopa de haba mientras el cordero está, imagino que estás cansado (quien lee sabe que me estoy recubriendo de apariencias, de conatos y de adornos, y sí, que también me detesto, pero ahora no tengo tiempo de explicarles, ni siquiera he encendido el horno). 

¿Qué dices, que el maestro Osmán te entregó una carta? ¿Que viene desde Herart? Hiüsrev, me estás preocupando ¿por qué ha cambiado tu semblante? Es de un cadí que libró la lucha contra los turcos infieles, que estuvo por Estambul. No, eso no puede ser posible, no es verdad lo que se está diciendo: Orhan no está vivo, Orhan está muerto ¡Orhan está muerto!


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ort, es 18 nov