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26 de octubre de 2015

Para seguir adelante

Pero yo no, yo soy de otra forma. Yo soy de los que pierden las oportunidades porque alguien más supo hacer mejor las cosas. Entonces llego a casa, prendo el televisor y no lo miro, desayuno lo que no me gusta y el resto del día lo pierdo mirando al techo, tratando de encontrarle nuevas formas. Luego esa noche, la de todas las noches, me trepa y me noquea; yo, como derribado por un gancho descendente, me levanto y me digo "pero oye, yo aprecio mucho tu trabajo y además lo admiro, es en serio, lo admiro y lo valoro y deseo que sigas haciéndolo porque espero mucho de ti y no quiero que sigas pensando así, ¿está bien?" y después, cuando cierro los ojos y se supone que ya estoy dormido, me pregunto si me habré engañado.


22 de octubre de 2015

Es eso
o el mundo disminuyó

¿Es la lentitud de los días,
la rapidez del ansia?

No, es eso otro:
la figura situada en la lejanía,

En todos lados está el borde del mundo
¿por qué voy sobre él?


ort

11 de octubre de 2015

Cosas raras de este mes

I
En esta estúpida ciudad, Madre encontró un cadáver y lo llevó a pasear, le mostró lo intolerable que es la plenitud de estos nuevos días y luego, cuando llegó una corriente de aire tibio y debió dejarlo ir para que se integrara a las cosas que son naturales, decidió aferrarse a su desencarnado brazo, lo dobló un poco por aquí y por allá y lo guardó en el bolsillo pectoral que tienen algunas camisas.

II

Y yo discutiendo con una sombra lejana porque llegó a mi casa y tomó las cosas más íntimas que había escondido para ti. Y esta maldita y estúpida ciudad seguía haciendo de las suyas. La sombra hirió mi costado y quiso huir por las escaleras; le tomé por la cola y no dejé que se escapara. Así pasaron nueve o diez años y yo aferrado de su cola para que no se fuera, porque... bueno, en ese tiempo no se lo quise decir, pero en realidad no me importaba mucho que me robara: no quería que se fuera porque ya estaba tan acostumbrado a la mimética de su contorno que sin ella yo... pero entonces se me escapó y se llevó todas las cosas que había escondido para ti, quise contártelo, quise decirte: "era oscura y blanda y gritaba como los árboles y entró por quién sabe dónde y se robó las cosas que había escondido para ti".

ort

10 de octubre de 2015

Sobre lo que escribo y no puedo escribir

Y me gusta, y soy terriblemente feliz en mi infierno, y escribo.
JC
I
Y escribo con furia lo que me pasa, aunque sean cosas aburridas. Es necesario decir que no soy muy precavido con mi vida, porque la altura de mi felicidad no la calculo con las acciones que haré, sino con los detalles minúsculos que me encuentro en las cosas ocultas: en la nota al pie de página de un libro viejo, en la flor que segrega de una casa abandonada, en las imágenes que veo cuando zabullo la cabeza y nado. Y me voy de lleno por la vida derramando las letras que no me caben en el cuerpo, que se me salen por los dedos cuando tecleo, aunque nadie las lea.

II
"...volvió para verte, caminó por la duna y se ahogo en el cielo con la lluvia de la mañana; te dijo que te quería y te regaló las flores de su soledad y la hierba de los días".

Ahora que están sucediendo los días que deberían suceder, ahora que los días se repiten como sin más, quisiera escribir, también, del extrañamiento. Tengo algunas palabras en mente que después podría borrar.

Quiero escribir, pero no sé cómo.

Cenizas, E. Munch

1 de octubre de 2015

Los poemas de Pérez

En lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse:
en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda
en los poemas de Pérez, en Pérez
J.C.

Yo no sé qué tiene la poesía de Pérez que está tan alejada de Pérez. La poesía de él cobra independencia, tiene cosmogonía propia y suele ser poderosa. Algunos han propuesto que en ella se abordan historias épicas que nuca existieron, pero que, a pesar de su inexistencia, ingenuos practicaron literatura con amplia inventiva.

La poesía de Pérez, por sí sola, nos aparta del mundo. Contiene imágenes difíciles de concebir. Sus versos rodean el límite del lenguaje y después se hacen nada. Concluyen.

Quisiera reseñar un poco más esta voz poética que surgió de la nada, pero la poesía de Pérez no existe sin la lengua de su creador. Según entiendo (y de verdad que no me interesa saber mucho) la poesía de Pérez nunca se escribió o, después de ser escrita, la tinta se resbaló por la vergüenza de ser escrita, o fueron escritas y tal vez recitadas para que una perra no muriera de hambre y después se desechó (cuando la perra murió asqueada de lo que consumió). Según entiendo, la poesía de Pérez no pagó el alquiler y se mudó a una tierra donde no se puede vivir si eres poema, en el silencio.

Qué triste es pensar que la poesía de Pérez es de Pérez. Ojalá se hubiera escrito sola.

Omar Tiscareño