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25 de enero de 2024

Smn (partes 23 y 67, de lo que van de la semana hasta el momento ya)

I

hay algunas cosas que quizá sean nimiedades pero que a veces extraño, como que haya otras voces en la casa: frecuentemente solo escucho mi voz entre susurros, gruñidos y chasquidos que hago con mi boca cuando las cosas no me salen -imagínese usted-; extraño ser nombrado cuando estoy tranquilo y en paz. 

Que se platique mientras se come: como en un capítulo de Kare Kano, que cuando Ella está con su familia hay voces y risas que tallan las paredes y calientan la comida; y cuando es Él, una sola palabra corta como el papel las luces frías que atraviesan por las ventanas. 

Que le desee las buenas noches a alguien: más que ser nombrado, extraño nombrar a alguien y usar mi voz para desearle a alguien que sueñe bonito. 


II

acepto plenamente no ser nadie, no destacar, ser la parte baja de la meritocracia, aquella en donde se hace lo que se quiere con muy poco, y que a veces, sin sospecha, uno se hace feliz y no lo sabe hasta que otro -- de al lado- le recuerde que es imposible ser feliz así. Quiero pertenecer al enorme vacío, a los que son realmente olvidados porque son los verdaderamente libres de todo. Quiero ser y quedarme en los normales, de los indistinguibles, ciudadano de relleno; de aquellos que no se reconocen en la multitud. Siento que yo, siendo quien soy con mis condiciones, ser normal a veces es mucho pedir.