🚗 _ 🚓🚓

14 de agosto de 2011

De todo aquello que fue

como la vez que nos encontramos en un mundo insólito de gente, luego lo tanto que aprendí de ti;
como cuando te deshubicaba en el mapa, te encontraba en el hiper espacio, te sentaba en lo onírico (te soñé);

Otra vez, no sé si notaste, quise congelar el tiempo para que no se cayera la inocencia que te cubría la piel, quise ver con unos ojos mismos la luna o mejor dicho [luna].

Yo también hubiera preferido que fuese rocoso, que nubloso el pavo real no se exaltará en un desmesurado gesto para atraer tu desinterés, que fingieran sí existir pero no -más adelante te vi (no sé que tanto) con un método revertido, llegaste hasta la luna para escupirla tal vez, y si hubo vida o no, probablemente crean ahora que acá es la luna y no allá-

Cosmonauta, poetiza, diseñadora, libro legendario de silencios perpetuos, manojo de citas y contrariedades, autómata autista, diecisiete veces soñadora, voluble... Un día te imaginé caminando sola, no sé, por las vías de un tren, por la orilla de la playa esa que te gusta, por un camino ya repetido, ibas a patear una piedra pero después no lo hiciste ¿por qué hacerlo? puede que sea una piedra luminosa, y la tomaste, la llevaste a tu casa y la olvidaste por años.

Muchas veces me excitaste la felicidad, felicidad ajena, ajena a mí, a mí y no a ti, de ti no sé nada, no sé nada si no lo dices y ahora lo dices mucho menos que antes. Me detesto al pensar que, sublime o no, me dañaste la sensibilidad para recordarte siempre y que ahora cada que tienes tiempo de poder pensar en mí yo no puedo regalarte otra cosa más que esta nostalgia empalagosa. Pero no tengo que ser tan egoísta, ni que debieras ser como yo quiero, ni que lo hicieras porque así quieres que sea, creo que tienes un pensar más maduro que el mío y yo me quede tan atrás pues te seguía, pero ya no te alcanzo.

Te quiero tanto, quiero que sepas, pero imagino que tan profundo pueda ser sólo escribirlo o en su caso decirlo. No sé si esas palabras se inventaron para ser profundas, quiero que tú las entiendas así, tan profundas como la ruta que haría una espina para llegar a tu pensar si comienza desde tus ojos a penetrar.

Queda