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18 de enero de 2016

Poco antes de dormir

Entonces, poco antes de dormir, en la última cuerda de mi conciencia, recordé a Laurita: Laurita y su andar ligero, Laurita y su mirada de desagrado, Laurita una niña común. Le regalé todas las palabras que me sabía en esos días: las que empezaban con ele principalmente, porque la ele me gustaba: Laura ligera, Laura limón, tu cara es como un limón. 

Laurita tenía los dientes chuecos y su boca no era fresca, pero era linda, Laura la linda, Laura ligera, Laura limón...