🚗 _ 🚓🚓

9 de febrero de 2018

Apuntes sobre Piedra y el remolino de la mañana

I

¿Por qué Piedra se despierta con quizá el mismo dolor de cabeza que el mío y me mira (los ojos rojos, la mirada medio perdida) para decirme que qué onda?

¿Por qué no hemos llegado a nuestras casas y nos quedamos con Calavera? ¿fue demasiado buena esta juerga que nos hizo beber de más, pero Piedra y yo no les toleramos el paso, y luego de secuencias entre cortadas uno a uno fuimos cerrando los ojos: primero Piedra, luego yo?

Ahora Piedra se alza, me mira a los ojos y me dice que qué onda y yo le digo que nada, que aquí nomás, que ya amaneció. Entonces Calavera entra, nos dice que qué onda y repetimos. ¿por qué Calavera nos dice que tenemos que dejar la casa antes de que llegue su esposa? ¿por qué doy un trago hondo a una bebida olvidada antes de cerrar la puerta y dejar a Calavera del otro lado?

¿en qué trabaja la esposa de Calavera?

Afuera, Piedra y yo nos preguntamos si tenemos hambre y nos decimos que sí, que mucha, que necesitamos un caldo caliente y al menos una cerveza para que el día no sea un desastre. Nos proponemos ir a una fonda y pagar entre los dos, nos decimos que está bien.

¿Por qué Piedra solo habla con ese lenguaje de síes y noes, quién le regaló tantos nosés que ahora los reparte para todos y en todas ocasiones?

-Nos sentamos aquí? de este otro lado está dando más fuerte el Sol y a mí el Sol, no sé tú, me está rompiendo la cara, la cabeza
-sí

Cuando Piedra sorbe de su cuchara, se escucha un silbido como si fuera el tañido de una flauta. Un sonido ascendente y cómico que nadie más percibe o no quiere percibir. Si tuviera la suficiente confianza, le diría que su silbido me da risa. Me río, pero él no me pregunta por qué.