
Dos seres metálicos juegan por el cielo creyendo que es suyo (que son los únicos seres habidos), viajan en lineas rectas siendo uno paralelo al otro. Uno de estos tuerce y provoca un alboroto que frunce la ruta, dan un extraño giro con una tremenda circunferencia y después caen en diferentes sitios.
Ambos, quizá, ya olvidaron el acto. Disimular parece ser lo objetivo y se palma la dicha si no hay heridas, heridas de culebra que cierran y brotan.

hey!, esa lengua siempre ha dicho la verdad, no por algo creo que ha de ser de esmeril y de su habla yo parto mi filo y con ese filo rasgo al cielo, con mi ser (llámese nave).