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23 de septiembre de 2025

Epinicios

 Voy a celebrar que en mi personalidad estallen los imbatibles cambios que me relegan. 

Con aullidos y golpes sobre la tierra, lo voy a celebrar: he vencido sobre este mundo teniendo tan poco 


Será un fulgor irascible

Muerte de la miseria 


Que estalle 


Y todo el dolor, el sacrificio, la pena…


-ort


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un hombre dijo: ni con rabia ni por error estoy aquí. 


Había salido muy muy tarde de trabajar, sus ojos embotados de sudor y polvo. En un momento se detuvo a contar las monedas, las recontó varias veces medio preocupado, pero resultó que sí: "¡Sí alcanzo!" gritó y se alegró. 


Recordé al poema de Jiménez: un hombre se queda mirando a esas monedas, como si observara al vacío y lo alcanzara a comprender. 


También hay hombres que no comprenden nada y son felices. A ratos. 


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11 de septiembre de 2025

del enigma y de la memoria

 -- Esto debe ser para ti -dice Jessica al final del día y me da una cajita. 


Dos fotos grupales de cuando nos conocimos, un corcho, un cómic, dos pelotas (de squash y frontenis) y una hojita con una frase que ya había leído, pero que no entendí en ese momento. Tomé la hojita, "no debió ser para mí esto", pensé.

No creo que las cosas se hayan mantenido juntas, pienso que su hermana las recopiló y pensó que pertenecía a los momentos de Édgar conmigo.


Hace tiempo, pasábamos los tres (Antonio, él y yo) durante largas horas de ocio; en su habitación había un cuadro impreso sobre madera, era un auto de lujo. Dejaba entre ver que, del lado inverso al cuadro, había escrito un mensaje con plumón de tinta fuerte, nos daba risa saber que el mensaje oculto se había revelado por sí mismo por un descuido adolescente. Error de novatos. Antonio y yo intentabamos más o menos adivnar qué decía y qué significaba esa frase; no era tan sencillo por la inversión de las letras y por los manchones de la tinta corrida; dejamos de interesarnos. 

En sus últimos días, Édgar me visitaba con frecuencia, con mucho dolor y tristeza, pero con la certeza de salir avante. Es muy dolorosa la condición humana. Es muy doloroso ser una víctima silencoisa durante tantos años. Entonces, en la vida adulta, uno piensa que es capaz, que sabe distenderse entre los agobios y estructurar el presente y el futuro como lo desea. Me platicaba de sus ideas, de sus proyectos y de sus soluciones, pero de cuaquier manera falleció. 

Esta frase no debe ser para mí, se ha alejado de los ojos que deben leerla. De ser revelada la verdad ¿qué más daría? Ahora somos solo memoria, recuerdos mal contados. 

Édgar quería susurrar a sí mismo lo que le pasaba, pero temió que todo el mundo lo percibiera.  


ort

10 de septiembre de 2025

Camino a casa

 Detuvo el auto y dijo: 

-- no, yo no soy vanidoso, disculpa pero aquí sí voy a poner mi línea...

Tania puso una cara de agotamiento repentino y me miró con señalamiento: "al jefe no se le cuestiona, Omar, ¡no se le cuestiona!", pude leer en sus ojos. 


-- Porque a mí me importa una mierda que me lean, que reconozcan mi nombre en las columnas que escribo o que al pasar por las calles digan "mira, él es el director de ese periódico"; pero sé que soy la mera verga y aunque no lo reconozcan, soy quién soy y no lo que me dicen, de cualquier modo soy más de lo que dicen de mí.

-- Está bien- contesté y Tania acentuó esa mirada para que, por el amor de todos los dioses alzados, dejara hasta ahí la frase; entonces el auto volvería a la ruta, nos dejaría en nuestras casas y los tres dormiríamos medianamente trasnochados como todas las demás jornadas de trabajo. 


"sí, está bien -contnué- también hay gente que se monea y dice que está bien porque les quita el hambre; hay gente que se emperica porque dice que solo así se puede hacer bien el trabajo... los vanidosos son esclavos de los demás, los soberbios son esclavos de uno mismo. 


Puso el parking y freno de mano, desabrochó el cinturon para girar frente a mí y comenzó un alegato. Tania, resignada, miró por la ventana hasta que la noche perdió su color. 

ort

30 de julio de 2025

 Tener una vida sin preocupaciones en donde pueda decir que el amor no duele, sembrar un lirio y rociarlo con buenas acciones, abrir los puños como otro tipo de flores para que los gritos se vuelvan una tormenta de susurros que crispan en el oído y que me doblan, me guardan en un abrazo y me desaceleran hasta aquietar el miedo a la muerte y sus cicatrices, nombrarte en todos los tiempos verbales, beber el té sin azúcar, tener la primera y la última palabra del séptimo día

22 de abril de 2025

La tea

Toma la tea de nosotros y blandéala 

blandéala hasta apagarla 

como el esgrima 

para tocar sin ser tocados 


Sé que no temes a la urgencia de la calma 

entonces nómbranos de la manera 

en que sean más fáciles los adioses 


Toma el control de nosotros

y condúcenos con buenas manos 

que en tu corazón no se haga la noche


Toma la tea de nosotros y blandéala 


ort

19 de marzo de 2025

Esplender

 Estoy hendido de ti, como una flor que creció en un árbol seco y agrietó sus costras. 

Digo que ya no escribo aunque todo el tiempo pienso en lo que podría escribir si tuviera más determinación. Me digo, escríbelo, no puede ser tan malo. 

Ahora soy más consciente de lo que la literatura es en mí, soy más consciente del don que se me ha dado (hay algunas habilidades más pequeñas que otras) y que es un fruto cuando soy amable y soy sincero conmigo, y un castigo cuando no. 

Es difícil vivir de la imaginación. Ni siquiera es propiamente lo correcto, aunque es gratificante cuando son varias las personas que están imaginando al rededor de lo mismo, como orbitar una lengua. 

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Soñé contigo de nuevo, creerás que soy un loco: sabía que había sido una premonición porque sentí lo mismo que dices sentir cuando se esplende. 

Esplendí y luego esperé los días y esperé las noches, 

y ahora que estás aquí (nuestra sonrisa y nuestro llanto al filo de lo primero que suceda), ahora que medimos lo mismo de anhelo, de cautela y de la insensatez, dejamos que ocurra el silencio en nuestro abrazo hasta hincharnos de nosotros. 


Estoy hendido de ti