Contexto:
Segunda parte de A la zaga..., novela de un embustero
que pretende usar a Natalia, una voluble e insegura mujer dolorida,
para matar a sus enemigos
que son amigos de ella.-Omar RT-
...como la cola de los luceros. o como la ondulación de las aguas amenas que es interrumpida por cualquier cosa; o como el rastro que deja una yegua fuerte y necia, pero herida. Y esque sé que no hay cosa más fatal que una mujer herida.
le planeé una huida:
llegará con una navaja, de filo doble, y le atravesará la garganta para que no le dé miedo hablar con él.
[Qué tan sencillo es deshacer los tapujos que hay en su boca]
Ya después ella sabrá si mentía o no y todo será un paradigma que nadie querrá resolver.
Pero el desgraciado es más astuto y ni incluso muerto querrá decir...
"¡¿Qué es de aquel pasado?!", dirá a ese saco de organos muertos que solía ser su compañero de vida.
"Infeliz" diré al supuesto cadáver, "si es cierto que es fácil llegar al infieno, te sugiero esconderte en un lugar mejor"
No tengo idea de qué tan lidioso resultarán los restos de una respuesta escasa y falsa. Pero me es interesante imaginar que estaremos juntos en un embrollo y más aún siendo yo quien encendió esta hoguera donde solo cabrá un culpable: ella.
Mauricio morirá. Lo merece por ser médico. Es inevitable resistir mi risa maliciosa, pero me trago las ganas de mi carcajada.
-Te juro, Natalia, que es necesario. Hay que efectuar el cambio.
Foto: "Filo", Kent State