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30 de marzo de 2012

Insumisión

I

Cuando los soltaron para combatirlos, ambos corrieron feroces a matar al dueño de su compañero. Se quebrantó el pacto: ahora serán los peores enemigos, ya no habrá peleas clandestinas, el perro humillará al hombre en público.

II

Todos corrieron al mismo tiempo, a la misma velocidad. Se sintieron naturales. De sus lomos brotaron alas que derribaron al jinete y desprendieron su ser artificial; se borraron los números, se abandonaron las rutas de polvo. Nació una parvada de pegasos en el hipódromo.

III

Llegaron con sus gallos al palenque. Al emprender la contienda, todos, supuestos líderes y espectadores, cacarearon sin fin. Ambos machos se excitaron, ganaron los dos: habrá suficientes gallinas para pisar a talón desnudo.

IV

Una vez cansada la bestia, y ya analizada meticulosamente su anatomía, el toro arremetió al hombre con una estocada magistral. Mió sobre su escudo amarillo-rojo y bufó poemas que Dios y sus vírgenes agradecieron íntimamente.


-Omar Tiscareño-